miércoles, 13 de junio de 2012

Principios Básicos de la Seguridad para el Control de Incendios Parte I

Por: Alejandro García
        Especialista de Marca
El riesgo de incendio está presente en muchas actividades de las empresas, por lo que es necesario desarrollar las acciones de prevención y protección adecuadas para su control.
Este artículo  pretende ofrecer una información básica y general sobre los factores que intervienen en un conato de incendio y los peligros a los que pueden estar expuestas las personas por los efectos del humo y los gases calientes y tóxicos que se desprenden en la combustión de los materiales.

También trataremos las distintas posibilidades de acción, contempladas desde un enfoque integral de la seguridad contra incendios, y se desarrollan las técnicas específicas de  prevención, los métodos de extinción y los agentes extintores disponibles. Se completa con una llamada de atención hacia la necesidad de contar con una organización de seguridad contra incendios, que se traduce habitualmente en un plan de emergencia, y se indica el procedimiento de utilización de los extintores y de las bocas de incendio equipadas.

Introducción

Hace tiempo, cuando había un incendio en el monte, bastaba tocar las campanas para congregar a muchas personas que con las herramientas de su trabajo cotidiano o simplemente con ramas luchaban contra el fuego hasta apagarlo. A veces, sin embargo, eso no era suficiente y se producían grandes desastres. Actualmente el número de incendios y su intensidad son cada vez mayores por causas socioeconómicas. La probabilidad de que un fuego produzca grandes daños y afecte a toda una ciudad, es también mayor. Por ello, no es suficiente basarse en la simple movilización de las personas que estén cerca del incendio.

Frente a esta situación general, existirá la certeza de la posibilidad de protección contra la generación de incendios y sus efectos en lugares donde se puede aplicar técnicas y principios de:

·         Prevención de incendios

·         Lucha contra el fuego

·         Protección de infraestructura y de bienes

·         Protección humana

·         Evacuación

 El fuego

¿Qué es un incendio?

Del latín focus, el fuego es el calor y la luz producidos por la combustión. El fuego nace a partir de una reacción química de oxidación y supone la generación de llamas y la emanación de vapor de agua y dióxido de carbono. Podría decirse que el fuego es la manifestación visual del mencionado proceso de combustión.

Sus efectos son no deseados pueden producir lesiones irreversibles y ocasionar hasta la muerte.

El fuego va a ser la reacción  química de combustión, basada en el fenómeno de “Oxidación - Reducción” fuertemente exotérmicos, que se van a manifestar por un gran desprendimiento de luz y calor.

Para obtener esta reacción es necesaria la presencia de un material oxidante y otro reductor, el material que fungirá como oxidante frecuentemente es el oxígeno y los diferentes tipos de combustibles en sus estados sólidos, líquidos o gaseosos son los que intervendrán como reductores.

La velocidad de reacción manifestada por la velocidad de propagación del frente de las llamas, se le dan las siguientes denominaciones:

Combustión – Velocidad menor de 1m por segundo.

Deflagración – Velocidad superior a 1m por segundo.

Detonación – Velocidad mayor que la del sonido.

El TRIANGULO DEL FUEGO

En su concepto más simplificado, el fuego se produce cuando existen simultáneamente en tiempo y espacio los tres factores siguientes:

Combustible
Comburente
Calor



 

Los factores pueden asimilarse a los tres lados de un triángulo, cada uno de los cuales, debe estar siempre en contacto con los otros dos para que se produzca la combustión.

 CLASES DE FUEGO

La importancia del combustible afectado en un incendio es tan importante que los incendios se clasifican de acuerdo con el combustible.

La Norma UNE-EN2 se distingue por 5 clases de fuego, según el tipo de combustible que son:

Clase A (Sólidos)

Clase B (Líquidos o líquidos licuables)

Clase C (Gases)

Clase D (Metales especiales)

Clase F (Derivados de la utilización de ingredientes para cocinar, aceites, grasas vegetales o animales)




Los focos mas frecuentes de ignición son:

Electricidad                            18%

Fricción, rozamiento            14%

Chispas metálicas                  12%

Fumar y fósforos                    9%

Corte y soldadura                  8%

Superficies calientes              7%

Chispas de combustión          6%

Llamas abiertas                       5%

Ignición espontánea               4%

Materiales recalentados        3%

Indeterminados                      12%

 La electricidad (incluyendo la electricidad estática), la fricción o rozamiento, las chispas metálicas y el fumar y útiles de fumador causan el 55% de los incendios.

Ejemplos concretos de focos de ignición son los siguientes:

- Cables eléctricos con sobretensión.

- Instalaciones eléctricas sin protección contra sobre intensidades.

- Fusibles de protección "puenteados".

- Derrame de combustibles por fugas de la alimentación en quemadores de calderas.

- Almacenamiento en combustibles líquidos, disolventes, etc., cerca de estufas.

- Trabajadores fumando en zonas de almacenamiento con combustibles sólidos y/o líquidos.

- Quema de desperdicios y basuras en lugares inadecuados.

- Ejes de motores y máquinas mal alineados, etc.

- Productos químicos incompatibles entre sí, que entran en contacto.

PELIGROS PARA LAS PERSONAS AFECTADAS POR UN INCENDIO

Los peligros para las personas afectadas por un incendio se derivan de los factores siguientes:

• Calor.

• Visión limitada por opacidad del humo e irritación de los ojos.

• Narcosis por gases asfixiantes.

• Gases tóxicos.

• Irritación de las vías respiratorias.

Estos factores tienen como consecuencia:

• Incapacidad física.

• Pérdida de la coordinación motriz.

• Visión reducida.

• Desorientación.

• Falta de juicio.

• Pánico.

En efecto, durante un incendio se desprenden gases, vapores, aerosoles y partículas sólidas en suspensión, diversos productos residuales de las reacciones químicas de oxidación-reducción que tienen lugar en la combustión.

Son estos humos, los productos tóxicos que los componen, los que causan el mayor número de víctimas mortales en los incendios.

La mayoría de estas víctimas ocurren porque, en principio, no han podido encontrar la salida por causa del humo y, después, porque el monóxido de carbono les ha envenenado o la falta de oxígeno, asfixiado.

Entre los gases que se desprenden los más tóxicos son tres: monóxido de carbono, ácido cianhídrico y ácido clorhídrico, estos últimos derivados de los materiales que contienen nitrógeno y cloro en su composición.

El principal gas tóxico en los incendios es el MONÓXIDO DE CARBONO.

Aproximadamente el 50 % de las víctimas de incendios fallecen a consecuencia de la inhalación de este gas. Si se suma el efecto sobre grupos más susceptibles, como los niños, ancianos, incapacitados físicos y las personas bajo los efectos del alcohol, drogas, medicación y otras con enfermedades cardíacas, este porcentaje asciende al  80%. Desde el punto de vista de peligrosidad, no es el gas más tóxico pero sí el más abundante.

Si a ello unimos que también se desprenden grandes cantidades de anhídrido carbónico, que tiene un efecto estimulante del ritmo respiratorio, que puede llegar hasta duplicarse cuando la concentración es del 3 % de anhídrido carbónico, es fácil comprender que el principal riesgo para las personas en un incendio es la inhalación de gases tóxicos a altas concentraciones.

En una combustión que se desarrolla con aporte de oxígeno suficiente, el carbono de la mayoría de los combustibles orgánicos reaccionará completamente con el oxígeno para producir anhídrido carbónico. En los incendios, sin embargo, la cantidad de oxígeno disponible no es tan abundante, y se producen grandes cantidades de monóxido de carbono, tanto mayor cuanto mayor sea el grado de confinamiento.

La toxicidad del monóxido de carbono se debe a su facilidad de combinación con la hemoglobina de la sangre para formar carboxi-hemoglobina (COHb), que impide el Intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico.

LA ACTUACIÓN CONTRA LOS INCENDIOS

La evidencia y naturaleza del riesgo derivado para las personas en caso de incendio exige la adopción de medidas necesarias para evitar su aparición - en lo posible- y, si se produce, conseguir que sus consecuencias sean las menores posibles y, en todo caso, salvaguardar la vida de las personas que sean afectadas por ellos.

ETAPAS DE LA POSIBLE ACTUACIÓN CONTRA INCENDIOS

Hay tres posibilidades de actuación contra los incendios que son:

• Prevención.

• Protección/Extinción.

• Reparación: Emergencias y Evacuación.



LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS

La prevención de incendios entendida como una actitud ante el riesgo, que necesariamente ha de ser activa, y consiste en mantener una atención continua en relación con las posibles causas de incendio, adoptándose medidas para la eliminación de las causas. La prevención activa evita la aparición del incendio.

FACTORES DE LOS INCENDIOS Y MÉTODOS PREVENTIVOS



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